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Suplemento Cultura Avui, 6 de mayo de 2010

Una de las tareas es impedir el derribo o la degradación de piezas arquitectónicas. En estos momentos tenemos un caso en Barcelona: los comedores de la Seat, en la Zona Franca, obra de César Ortiz-Echagüe, Manuel Barbero y Rafael de la Joya. Esta pieza ganó el premio Reynolds del1957 con un jurado formado por Mies van der Rohe y WM Dudok. Hoy está en desuso y en peligro de ser derribado.

Hace unos años se rehabilitó la Pedrera y pagó una entidad financiera. La ciudad recuperó la posibilidad de ver esta pieza del Modernismo aunque, sobre todo, la disfrutan los turistas. Por el camino, pero, perdimos los apartamentos que Barba Corsini hizo en 1955. La pérdida de estos apartamentos levantó poca polvareda en una ciudad que parece tener el Modernismo como único referente arquitectónico.

Tal vez esto cambiará a partir de ahora. Barcelona, y más concretamente la Fundación Mies van der Rohe, acoge la sede de Docomomo (InternacionalCommittee for Documentation and Conservation of buildings, sites and Neighbourhood of the Modern Movement).

Esta entidad lleva ya veinte años haciendo el estudio, documentación y conservación del legado arquitectónico del Movimiento Moderno, contexto en el que ha alcanzado un amplio reconocimiento y prestigio por parte del mundo académico en general y de la cultura arquitectónica en particular. Una de sus principales actividades es generar un registro ondas catalogan las obras de la arquitectura moderna y, al mismo tiempo, se intenta preservar su integridad. Este archivo se conserva en el Nederlands Architectuurinstituut (NAI), en Rotterdam. Su ámbito de actuación se ha extendido desde Europa hasta Asia y Sudamérica. Docomomo ha creado una red internacional de investigadores, expertos y simpatizantes que actualmente están estructurados en más de cincuenta chapters ubicados en los cinco continentes. Estos chapters promueven iniciativas de investigación, documentación y conservación vinculadas al legado de la arquitectura moderna. Todo ello con el apoyo de la Unesco. Que se ubique en Barcelona no es casualidad: la Fundación Mies ha sido promotora y fundadora de Docomomo y quizás el pabellón Mies puede ser una buena imagen de la tarea para dar valor al legado del Movimiento Moderno.

Impedir el derribo
Una de las tareas es impedir el derribo o la degradación de piezas arquitectónicas. En estos momentos tenemos un caso en Barcelona: los comedores de la Seat, en la Zona Franca, obra de César Ortiz-Echagüe, Manuel Barbero y Rafael de la Joya. Esta pieza ganó el premio Reynolds del1957ambunjurat formado por Mies van der Rohe y WM Dudok. Hoy está en desuso y en peligro de ser derribado.

Durante unos años Barcelona quiso olvidar que fue campesina y feudal, sólo quería ser burguesa e industrial. Ahora parece que también quiere olvidar que fue industrial y proletaria. Quiere ser una ciudad de negocios y de congresos. El 22 @ se levanta sobre el pasado industrial del Poblenou, y dejando poco más que las chimeneas y la plaza Europa, ha arrasado Ambler instalaciones fabriles que acogieron la inmigración de los 60.Potser es el precio de ser atractiva turísticamente, pero da miedo que por el camino olvidamos del todo quién y qué somos.

El Ayuntamiento haría bien en escuchar a los que quieren preservar un pasado no por nostalgia sino por coherencia, sobre todo si ese pasado tiene la calidad de estos comedores. Por cierto, ¿nadie ha pensado en revalorizar nuestro patrimonio moderno para el turismo? La única manera que tenemos para protegerlo es hacerlo nuestro, que nos sea próximo.

Hablo con Ivan Blasi, secretario general de Docomomo. Tengo curiosidad por saber qué entienden los de Docomomo por Movimiento Moderno, porque siempre encuentro dudosa la definición temporal: "En el siglo XX, durante un breve y estimulante período, la arquitectura, el planeamiento y el paisaje urbano se transformaron a la vez que surgieron la teoría de la relatividad, la industrialización, el cubismo y la abstracción en arte, la música de doce tonos, el método científico, la teoría económica y social y la filosofía racional. La arquitectura moderna se convirtió en un elemento dominante en la expresión de ideas innovadoras. El espíritu que generaron estas formas arquitectónicas representan una parte importante de nuestro patrimonio intelectual ".

Parece bastante razonable, pero echo de menos un aspecto importante, creo que si algo define el Movimiento Moderno es la idea de que con la arquitectura o con el diseño o con el arte se podía cambiar el mundo, mejorar la sociedad. Así como la pérdida de la idea de cambio y la adopción del cinismo como interface entre el autor y la obra es lo que para mí define la posmodernidad.

Con el retorno de la democracia
Por eso, encuentro complicado extrapolar los parámetros del centro de Europa. En España la modernidad quedó truncada por la dictadura franquista. Con el retorno de la democracia algunos arquitectos que ya habían participado en el GrupR, como Oriol Bohigas, retoman el proyecto Moderno utilizando la arquitectura como herramienta de cambio.

Pero si vamos a países como Chile, Brasil y México, el Movimiento Moderno es plenamente vigente. Sus arquitectos están cambiando la sociedad, y si no los invadido con nuestra posmodernidad de starlets con rascacielos adictos a los aires acondicionados e iconos que aquí ya no queremos, quizás, sólo quizás, el paradigma moderno de una arquitectura al servicio del pueblo se puede hacer realidad, aunque sea a pequeña escala. Particularmente, es esta la modernidad que me interesa preservar, ojalá sea también la que defiende Docomomo