Arquitectura y urbanismo

El elogio de la sombra

Time Out 5 de junio de 2011

Rafael de Cáceres y Xavier de Caceres Ainsa firman un proyecto singular en Figueres

Hace un montón de años, en 1933, el japonés Junichiro Tanizaki escribía una especie de manifiesto llamado "El Elogio de la sombra", (publicado en castellano por Ediciones Siruela) donde contraponía la estética de sobriedad y claroscuros japonesa con la del brillo y neones occidental. Quizás Tanazaki no conocía el Mediterráneo. Si lo hubiera hecho habría descubierto una estética de la sencillez para, justamente, de conseguir sombras. La sombra es muy importante en un entorno donde una buena parte del año el sol cae a plomo, la actividad humana debe protegerse de él. Antes del culto al bronceado a partir de los años 40 y 50, la gente temía al sol como la lluvia. Y hacía bien, el tiempo y la capa de ozono nos han demostrado que hay que tener cuidado con el astro rey. Óscar Tusquets hizo, también hace unos cuantos años, una gradación cualitativa de la sombra. La mejor, decía Tusquets es la sombra del árbol. Es cierto, bajo la sombra de un algarrobo entiendes a los poetas griegos sin problemas y una calle arbolado puede bajar la temperatura percibida del peatón en casi cinco grados. Hay una larga tradición en arquitectura para conseguir sombra a las orillas del mediterráneo: de la jaima a la casbah, las medinas, el entoldado, el "chamizo", los umbráculos, el cubierto de tamarit, etc, etc.

Ahora que viene el verano, aparecen un montón de arquitecturas efímeras destinadas únicamente a ofrecer sombra. Los chiringuitos de playa, las terrazas de bar (impulsadas además por la ley del tabaco), los enseres domésticos para estar a la playa, etc. Estamos pendientes de conocer el proyecto definitivo de los nuevos encantes, ojalá no pierda ese carácter efímero y espontáneo que tienen los viejos. Una muestra infinita de la capacidad de ingenio que sin generar grandes infraestructuras hacen de la precariedad un valor. El mismo ingenio que demuestran los acampados en las plazas de todo el país, para generar espacios de sombra comunitarios. Resistentes al viento pero ligeros por fuerza, a partir de material de rechazo y de muchas ganas.

Rafael de Cáceres y Xavier de Caceres Ainsa firman una proyecto singular en esta línea de trabajo. Una cubierta fotovoltaica en la Plaza de Cataluña de Figueres. Cubrir del sol y también de la lluvia en las actividades más diversas, dejando el espacio diáfano para que pueda ser adaptable a todo aquello que la sociedad necesite es un posicionamiento interesante. Lejos de cerrar programas de usos, la arquitectura sólo pone las condiciones para la actividad urbana pueda ocupar el espacio. Formalmente, podemos encontrar referentes en la arquitectura de la Glass House de Philip Johnson, pero a escala urbana. Es decir, vaciar la franja de uso, la franja humana con la generación de una gran ventana panorámica. Dejando la arquitectura en el suelo y debajo de él (en Figueres con un parking) y por encima del cabezas, el cubierto y la tecnología solar.

A pesar de la construcción, a principios de los años noventa, con un aparcamiento subterráneo y dos cubiertas, la Plaza de Cataluña no había alcanzado la calidad urbana. Las dos cubiertas pensadas ​​para el comercio semanal del mercado eran demasiado especializadas. Ahora la cubierta es una extensión de la ciudad donde el grueso de "la arquitectura" elevada del suelo deja la superficie disponible para el uso ciudadano. Asimismo la cubierta es un huerto solar de generosas dimesiones. Es, de hecho, un soporte de placas fotovoltaicas de una superficie significativa (1.308 m2 de placas) que generan energía y que, mediante dispositivos o interfase módulos-red, puede ser transvasada a las compañías eléctricas. El hecho de que la superficie susceptible de ser cubierta disfrute de una orientación longitudinal a sur, facilita la rentabilidad y eficacia de la propuesta con capacidad para generar 123 MWh / año.

La actividad periódica es dos veces a la semana: Mercado de frutas y verduras. La cubierta lleva sólo un mes funcionando sin inauguración, por impedimentos electorales y ya se han hecho conciertos, feria de libro, mítines, etc; El proyecto de futuro pretende incorporar actividades: exposiciones temporales en el altillo, cine y teatro al aire libre, etc. El equipo del ayuntamiento resultante de las elecciones tienen la agenda de propuestas bastante apretada.

En realidad, lo que han hecho los Caceres no es muy diferente de lo que hacen en las plazas de los acampados o en las calles del Magreb con los toldos de tela de umbráculo: simplemente genera las condiciones para que la vida fluya, para generar lo que en la Grecia clásica se llamaba Ágora. Y qué no era eso justamente la arquitectura, generar condiciones propicias para la actividad humana?

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