TimeOut (10 de abril de 2011)
Museo de Ciencias Naturales de Barcelona
Parc del Fòrum
Gratuito hasta el 30 de junio
Tras el magnífico artículo de Marina Espasa en el Ara (7/4/11) me decido a visitar la nueva sede del museo de zoología, el edificio triangular de Herzog & de Meuron para el Forum de las Culturas 2004. No repetiré lo que ya dijo la Marina sobre la idoneidad del nombre. Para mí Museo de Ciencias Naturales de Barcelona es más claro y más atractivo que Museo Blau, que parece más propio de un parque temático que de un equipamiento que se quiere científico. Lo primero es alegrarse por haber encontrado un uso a este edificio que ha sido siempre motivo de controversia tanto por su arquitectura como por el evento que abanderó. Los autores del edificio original han sido también los responsables de la adaptación de la nueva sede del Museo con 9.000 m2 y del diseño museográfico de la exposición de referencia "Planeta Vida", un viaje por la historia de la vida. Y este es el primer problema. Las instalaciones son demasiado deudoras del culto al edificio. El aspecto descarnado del interior puede ser interesante arquitectónicamente, pero nada adecuado para crear un clima museístico para la zoología. Si estuviéramos hablando de una obra de gran valor plástico o histórico quizás sería lógico esta desnudez, pero dado que es un edificio creado para dar servicio y personalmente creo que poco afortunado, el lastre que supone para convertirlo en espacio expositivo es excesivo. Sin embargo, es cierto que el interior tiene algo de gruta, de cueva, con el mismo recubrimiento rugoso que en el exterior pero pintado de gris o negro. Incluso cambios de nivel en el pavimento con rampas dan la sensación de accidentes geográficos propios de una cueva. Pero creo que le podrían llamar el "Museo Gris" porque una luz muy mal pensada, que parece provisional, no ayuda a sentirse acogido.
Lo que es una buena noticia es que este nuevo espacio ha permitido mostrar tesoros escondidos de las colecciones de una institución con 132 años de historia y que hoy posee tres millones de ejemplares en los ámbitos de la mineralogía, la petrología, la paleontología, la zoología y la botánica. El fondo de las colecciones, con más de 4.500 piezas, es el protagonista absoluto de este espacio de 1.700 m2 que ha dado prioridad a la divulgación visual y ha situado las explicaciones de los contenidos en interactivos y audiovisuales. De hecho, esta colección es fruto de la unificación de la gestión de los museos de Zoología y Geología en 2000 y de la incorporación del Jardín Botánico en 2008. El discurso expositivo de cada ámbito de 'La Tierra hoy' ordena mediante recursos museográficos que ayudan a comprender el mundo natural. Los ámbitos más amplios corresponden a rocas y minerales, fósiles, plantas y animales que tradicionalmente han formado parte del fondo patrimonial del Museo. Ahora bien, lo que en la antigua sede del parque de la Ciutadella era entrañable por el entorno del "Castell dels Tres Dragons" de Domènech i Montaner, aquí se convierte en extemporáneo, lo que allí era nostalgia aquí anacronismo. El esqueleto de la "gran ballena" es aquí pececillo de playa y todo por la desproporción entre contenedor y contenidos que con un tratamiento adecuado de la luz y los espacios creo que hubiera podido mejorar. Quizás, para que ello fuera posible los responsables de la exposición deberían haber sido otros que los autores del propio edificio. Sin embargo, tengo la impresión de que es un museo que irá creciendo en colecciones pero sobre todo en discurso y en herramientas expositivas. Hay que darle un cierto tiempo para situarse.
La tipología de los museos ha cambiado mucho en los últimos años y precisamente los de Ciencias Naturales, Zoología, biología, tecnología, etc. son los que más lo han hecho. Libres de la mística de la obra de arte, han evolucionado hacia lugares a medio camino del laboratorio, el juego y la herramienta pedagógica. En el Museo Blau hay intentos y se ven caminos pero aún no se ha hecho con decisión. Parece una exposición hecha antes del Cosmocaixa, los documentales de National Geographic, de la polémica exposición "Human Bodies" o del trabajo del también polémico Damien Hirst. Hay interactivos y narraciones filmadas de expertos que nos narran aspectos concretos, hay un buen número de espacios destinados a hacer talleres, hay áreas de descanso que proponen experiencias sensoriales, (aquí como no podía ser de otra forma le dicen chill-out), pero creo que todavía no se ha dado el paso básico: pasar de un museo centrado en la observación a un museo centrado con la experiencia personal y la adquisición de conocimientos. Las numerosas vitrinas de piedras, vegetales y sobre todo animales disecados piden a gritos interfaces de catalogación, análisis e información extras. Falto de ello, no se puede evitar tener la sensación de que está en un Museo del siglo XIX (con un lenguaje que tan bien captó Joan Fontcuberta en su exposición "Fauna"), en un edificio del siglo XX (deudor del arquitectura de marca de finales de los noventa).
http://www.guayabero.net/publicaciones/articulos/arquitectura-y-urbanismo/articulo/museu-blau-nueva-sede-del-museo-de-zoologia-de-barcelona.html