Nota importante: Estas reflexiones aunque redactadas por mí (Oscar Guayabero), están hechas en parte por otros. Abrí el cuestionario a las red social de facebook, invitando a personas en quienes confío por criterio y labor profesional a opinar. Por lo tanto, la autoría aunque no es importante, no es unipersonal sino colectiva y los participantes han sido los siguientes: Jordi Blasi (Diseñador industrial y miembro de la Junta de la ADIFAD), Javier Aristu (Diseñador gráfico y director de arte), Daniel Blanco Sentís (Diseñador gráfico), Juana Bravo (Diseñadora y poeta), Mariona López (diseñadora industrial), Jordi Canudas (diseñador industrial residente en Londres), Xavier Alamany (Diseñador gráfico y profesor de la escuela Eina), Jordi Ubanell (Diseñador multimedia).
1. Principales fortalezas a destacar del sector
Son muchas, afortunadamente: Desde el potencial en producción editorial el buen nivel de nuestra arquitectura o un cierto prestigio en el campo del diseño digital, animación y multimedia. Conocida es nuestra creatividad, oficio, pasión, capacidad de adaptación, versatilidad, etc. Un colectivo que, por su dinámica de trabajo, siempre está al día, inmerso en las TIC tanto como creadores de servicios como de red de conocimiento, motivado y transversal. En Barcelona hay buen nivel creativo y profesional y una cultura de calle sensible al diseño. Es el momento de los Freeland y pequeños estudios, con estructuras más ligeras y ágiles. Tienen más capacidad de asumir cambios y adaptarse a nuevas situaciones.
Sin embargo, en los últimos años hay una industria periférica al diseño que ha crecido exponencialmente en nuestro país: las escuelas de diseño. Ya sean de diseño gráfico, interiores, producto o moda, el actual mapa de centros donde se puede estudiar diseño, centrado básicamente en la ciudad de Barcelona pero también presente en ciudades como Olot, Vic, etc, me hace reflexionar especialmente en este aspecto , intentando no olvidarme de otros importantes.
Debido a la dificultad de encontrar un hueco en el mercado por parte de los diseñadores y arquitectos "posolímpicos", estos profesionales necesitaron complementar con las clases sus ingresos. Al mismo tiempo, creyeron en la formación como forma de cambiar las cosas. De alguna manera, su vocación docente los vinculaba con la Bauhaus. Barcelona tiene una tradición docente que surtió bien la industria editorial y que se ha reconvertido muy bien en tradición docente. No tenemos industria pero tenemos muchas y muy buenas escuelas. Los arquitectos del grupo Metàpolis crearon el IaaC (Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña). Otros se implicaron en las facultades de arquitectura de la ciudad. Los diseñadores gráficos e industriales entraron en escuelas de diseño como Herramienta y Elisava renovando sus contenidos, al tiempo que surgieron otros como Bau o IDEP y se abrió una sede del Istituto Europeo di Design. Si a esto le sumamos las facultades de Bellas Artes, la Escuela Massana, Lonja etc, y el amplio número de escuelas de diseño de moda, y otros vinculados a las escuelas de oficios artísticos como la Escuela de Arte de Olot, Escuela de Arte y Diseño de Amposta (Esardi), Escuela de Arte y Superior de Diseño de Vic, Escuela de Arte y Superior de Diseño Serra i Abella, Escuela Municipal de Bellas Artes de Lleida, Escuela Superior de Diseño Deià, etc, el resultado es que Barcelona tiene ahora más escuelas de diseño que Nueva York.
Estudiantes de todo el mundo y también del resto del estado, acuden a la ciudad para formarse durante toda o parte de su carrera. Esto hace que muchos de ellos se establezcan en la ciudad o entren como estudiantes en prácticas en estudios locales. Al mismo tiempo, el abaratamiento del transporte aéreo e internet han hecho posible que estudios ubicados fuera de nuestras fronteras con clientes igualmente extranjeros vengan a Barcelona buscando, además de una buena calidad de vida y un clima amable, una cierta áurea de contemporaneidad y diseño de vanguardia que transmite la ciudad, sin que nadie explique exactamente por qué. Estos movimientos han situado a Barcelona en boca de los coolhunters, en las portadas de revistas de tendencias y en los decorados de películas de medio mundo.
De esta situación ha surgido una nueva generación, la que ahora tiene entre 25 y 30 años aproximadamente. A estos nuevos diseñadores el techo de vidrio de los juegos olímpicos le cae demasiado lejos para suponer un referente, así que simplemente caminan sobre este techo sin ningún miedo. Las referencias ya no son locales sino globales. Puede ser más influyente un bloque de Finlandia que los premios locales, muchos de ellos además han cursado postgrados fuera del país. Precisamente los postgrados es uno de los sectores que más ha crecido con estos años. La oferta es enorme duplicando y triplicando a veces el mismo postgrado hecho por diferentes escuelas.
Barcelona tiene la situación ideal para convertirse en el "campus" del diseño del sur de Europa. Para que esto sea posible se deben dar varias circunstancias:
- Aplicación con sentido común y consensuando con las escuelas y el colectivo el Plan de Bolonia.
- Potenciar los intercambios con escuelas de otros países. (Por lo que respecta a las universidades está el sistema Erasmus pero la mayoría de escuelas de diseño a pesar de están adscritas a centros universitarios no han entrado todavía en este circuito por un problema de titulaciones)
- Visualizar el trabajo que hacen en las escuelas a la manera que en Londres se encuentra el Final Show o Summer Show.
- Mejorar la participación de las escuelas con las empresas.
- Regular los concursos de diseño para estudiantes (muchas veces son simplemente operaciones de marketing sin interés académico)
- Hacer una apuesta por una enseñanza superior de diseño público de calidad.
- Implicación del DHUB (Disseny Hub Barcelona) en la visualización de nuestras escuelas.
En otro orden de cosas, el diseño como disciplina dentro de la comunicación puede ser un potencial agente de cambio de modelo. Los diseñadores tenemos que ser capaces de transmitir filosofía de cambio a los clientes ya los clientes de nuestros clientes. Tanto en temas ambientales, económicos y sociales podemos ser proactivos en la búsqueda de un nuevo paradigma lejos ya de capitalismos salvajes que nos han llevado a esta situación extrema. Debemos entender que los viejos tiempos ya no volverán porque cuando remontamos la actual crisis es muy probable que estalle otro energética y que la inminente crisis alimentaria a nivel planetario nos obligue a replantear todo nuestro modelo productivo social y de valores .
2. Principales déficits que tradicionalmente han afectado al sector
Probablemente es el mismo déficit que afecta a la propia industria, y es el propio tejido industrial. Formado principalmente por PYMES sin capacidad de generar grandes producciones, no ha terminado de apostar por la calidad y el diseño. Empresas demasiado pequeñas, con limitada capacidad de inversión y de comercialización. Demasiada dependencia en el mercado español y dificultades en penetrar en otros mercados. Estamos en un modelo medio entre buscar bajos costes que ya no son posibles en Occidente y hacer adaptaciones de productos externos con versiones más económicas. En el campo gráfico no hay demanda y cada día cierran publicaciones, marchan agencias y se disuelven estudios.
Tenemos un exceso de oferta (de diseñadores) hacia la demanda, especialmente en el diseño de producto, que no sólo hace que los precios tengan que bajar, si no que se crean situaciones de negociación donde los diseñadores están en clara desigualdad con las empresas (poca fuerza negociadora), que saben que tienen muchos y palabra buenos profesionales "deseando" trabajar para ellos y ofrecen condiciones poco dignas. Y además los estudios de diseño en general son pequeños, casi unipersonales y no pueden ofrecer puestos de trabajo para tantos diseñadores con talento que se forman aquí.
Al mismo tiempo se detecta poco interés por la internacionalización de estudios de diseño, que por lo tanto se acomodan en el mercado local que no facilita el crecimiento. Tenemos una mirada demasiado local, anclada en los problemas locales y en los mismos paradigmas de hace 50 años. Tenemos que mirar al mundo y empezar por ser realistas y críticos a la hora de valorarnos en un contexto global. Hay que incentivar mucho más el potencial de la gente con ganas de hacer cosas y hacerlo de la manera menos institucionalizada posible. Las exposiciones "institucionales" no crean mercado. Cuando Holanda promocionaba su diseño lo hacía bajo el poco sospechoso grupo Droog Design. Esto impidió recelos y lecturas patrias para poner el diseño en el foco de atención. No se debe vender una "marca" de conjunto, sino sencillamente regar las semillas que ya hay, para ayudar a crear una buena energía creativa. Es decir, no "hacer cosas" sino poner las condiciones para que "pasen cosas". Ahora nos encontramos que por un lado el Ramon Llull ni siquiera paga algunos creadores cuando salen a ferias del extranjero, pero en cambio se intentan hacer macroevents "de país" en capitales del mundo, con un coste mucho más elevado.
Por otro lado, el paso de la llamada sociedad industrial a la sociedad de la información o del conocimiento presenta de inicio un buen territorio para el diseño, ya que mucho de este diseño trabaja en la gestión de la información o las interfaces para poder recibir y transmitir. Así las denominadas TIC están estrechamente ligadas con el diseño. Desgraciadamente, de momento las iniciativas institucionales las han situado sólo en el campo de la informática y las tecnologías digitales olvidando que la configuración de mensajes pasa irremediablemente por la formalización de tipografías, códigos, menús, etc.
Ahora bien, y volviendo a la línea argumental de la primera parte, si analizamos esta "otra" industria del diseño, las propias escuelas, el análisis debería centrarse en las dificultades específicas del sector. Para hacerlo habría que hacer una revisión del "libro blanco del diseño" ya que el último que se hizo fue en 1985. Desde entonces el panorama del diseño ha cambiado pero el panorama de las escuelas ha sufrido una verdadera revolución. Sin embargo y de forma quizá epidérmica diría que el gran problema que puede tener este sector es un superávit de titulados en diseño. El país no tiene ni mucho menos la capacidad de contratación y producción necesarias para dar un puesto de trabajo a la cantidad ingente de estudiantes que salen cada año de nuestras escuelas superiores buscando un trabajo. El hecho de que la gran mayoría de las escuelas de renombre sean privadas dificulta la creación de estrategias conjuntas.
Como decía antes hay postgrados que se están ofreciendo prácticamente con el mismo temario desde diferentes centros. En época de bonanza no ha sido un problema. La mayoría de ellos se llenaban, pero ahora hay muchos que se cancelan por falta de estudiantes. La creación de un mapa actualizado de centros, estudios y postgrados y la racionalización de este mapa podría generar una oferta exterior más rica, más coherente y más competitiva.
En el ámbito laboral, el buen nombre de nuestro diseño nos ha llevado a una cierta autocomplacencia estética de muchos diseñadores. Los premios de diseño que valoran resultados en vez de procesos, envían un mensaje nefasto en el mercado. Esto provoca, por ejemplo, que muchos clientes desconozcan como encargar diseño gráfico ni lo que vale, ni calibrar su calidad, lo que quizá es normal porque nadie les ha enseñado a hacerlo. Esta relación cliente-diseñador es básica para obtener resultados interesantes. Actualmente hay una degradación (por no decir colapso) del know how de los responsables de encargar diseño. Los gestores del diseño casi nunca son personas con el conocimiento o experiencia mínimos. Por el contrario, se pone de coordinadores (marketing, filólogos, funcionarios ...) para que el diseñador les haga el training durante el proceso. Esto, en una relación cliente-proveedor, sucede insostenible tanto creativamente como profesional y económicamente. Todo ello lleva a una decadencia del trato hacia el diseñador. Se produce un alejamiento de la toma de decisiones. Se le considera como un subalterno en lugar de parte del proyecto, en lugar de un abogado de la comunicación y de la imagen (no debe ser considerado como un médico, tal como muchos diseñadores con ínfulas dicen y desean).
Las publicaciones del sector, pocas y con pocos medios, suelen ser poco menos que escaparates de lo que se hace, sin una investigación crítica y analítica. En este campo ya pesar carencias, la arquitectura tiene mucho más de peso intelectual y sus publicaciones así lo reflejan. Si a esto le sumamos que al no ser una disciplina universitaria tampoco hay tesis ni proyectos de investigación académica, la base conceptual, ideológica y teórica del diseño es demasiado débil. Ayudas en este sentido podrían mejorar la situación.
En este entorno, la próxima apertura del DHUB de las Glòries puede ser un punto de inflexión en el sector y en nuestra capacidad de visualización. Es imprescindible una mayor implicación de la Generalitat en el proyecto y muy deseable una implicación estatal para situar el DHUB como el Museo del Diseño de todo el estado. Sólo así se haría justicia a la tradición y potencial del diseño en Cataluña. Respetando escrupulosamente el proyecto de los actuales gestores, creo que se debería potenciar las colecciones permanentes para situarnos en el mapa de los museos del diseño del mundo ya la vez para entender que, como dijo Bartomeu Marí "sin memoria no hay innovación sólo novedad ". Al mismo tiempo el estado precario en que se encuentran inmersas muchas entidades del mundo del diseño como el FAD, ADP, CODIG, BCD, etc, parece indicar que una buena estrategia sería agruparlas en el DHUB y crear sinergias entre ellas . Sin embargo, esto puede tener el peligro de desdibujarse y hacerlas las cautivas alejándolas de la sociedad civil que las ha dado sentido durante mucho, muchos años.
Actualmente, todos los ajuste destinados al diseño que gestiona el Ayuntamiento se vehicula el DHUB, y la Generalitat ha reducido en mucho sus argumentando que ya vierte muchos fondos al Dhub. Ciertamente está pagando una parte importante del edificio. Pero recordemos que esto es, de hecho, una permuta a cambio de la entrega del Palacio de Pedralbes para la presidencia del gobierno autonómico. Esta centralización puede ser empobrecedora ya que el DHUB puede tener la tentación de no sólo ser plan de pajar sino juez y parte de las ayudas.
En el campo de las ayudas pasa como en todos los demás aspectos de la sociedad catalana: un excesivo e irracional decalaje fiscal del territorio que desmonta la libre competencia, promociona la esterilidad del valor añadido y del conocimiento que aporta el diseño, y aboca a la inanición en la Administración pública en su papel de estimulador.
Sin embargo, con los recursos que sí tenemos, parece poco lógico que un estudio de diseño o arquitectura no pueda optar a ayudas del ICIC (Instituto Catalán de Industrias Culturales). No veo la diferencia entre una compañía de teatro o una productora de cine. Creo que son claramente industrias culturales y si bien se entiende que por su dinámica cotidiana, al servicio de un cliente, no tendría sentido, hay un montón de ocasiones donde sí podrían ser muy útiles. Pondré algunos ejemplos:
- Presencia en ferias internacionales
- Proyectos de investigación en nuevos materiales, técnicas o conceptos
- Ayuda para sectores que no han entrado en la dinámica del uso del diseño y sin embargo les es necesario
- Reciclaje y formación permanente de los profesionales
- Herramientas de gestión y mejora en la rentabilidad de los estudios
- Organización de ferias y congresos para visualizar sectores estratégicos del diseño
Justamente en este último punto hay una de las claras carencias del sector. Un acontecimiento que visualice, socialice y dé resonancia internacional al diseño. Esta función que cumplió durante años la Primavera del Diseño es primordial para, por un lado, reunir el sector y detectar oportunidades y carencias de primera mano y, por otro, poder emitir señales al exterior de Barcelona como epicentro de creación. Este aspecto es básico y se retroalimentaría con el buen nombre del ámbito académico. Quizás no podremos ser una gran potencia industrial pero si podemos ser un espacio de creación de conocimiento y un laboratorio de nuevas tendencias. Y cuando digo tendencias no sólo hablo de moda sino principalmente de nuevas maneras de trabajar, nuevos planteamientos, nuevos autores, etc. Tenemos cerca el caso de Valencia que alrededor de la "Feria del Mueble" y especialmente el salón "Nude", ha creado un caldo de cultivo con multitud de pequeñas exposiciones y eventos de creadores emergentes que les está conectando con las vanguardias de todo . Ha sido una oportunidad perdida para Barcelona que ahora costará enderezar.
3. Problemáticas manifestadas durante el año 2010
La dependencia en el mercado español y al sector inmobiliario, en clara recesión, ha continuado resintiendo las empresas. En 2011 continúan cerrando y presentando ERES, fabricantes emblemáticos. Los estudios de diseño, generalmente de entre 2-3 hasta 10 trabajadores, disminuyen también el personal. La reducción también afecta a los departamentos de diseño internos integrados en todo tipo de empresas. La afectación de las rebajas en presupuestos y pedidos a los diseñadores se puede cifrar sin exagerar entre un 30 y un 40% respecto al precio de hace sólo tres años. Hay bastantes proyectos parados o pospuestos por miedo a la crisis, sobre todo los de mayor tamaño. Ha seguido creciendo la reducción de puestos de trabajo en los estudios y agencias grandes que ya comenzó en el 2009.
Se notan los recortes institucionales y privadas, con una bajada de proyectos en papel estabilización o subida del online. Justamente, en el diseño interactivo, animación, webs y creación de juegos, donde estamos ya una referencia, se han escogido políticas por mayor con proyectos como el 22 @, pensando en que podíamos crear una especie de Silicon Valley del sur de Europa. La especulación y las altas expectativas han hecho imposible que creadores emergentes se puedan instalar y al final es más un parque empresarial de grandes corporaciones que un epicentro de innovación. Al igual que con otros campos, debería incentivar y seguir pequeñas iniciativas de "garaje" que es de donde sale la innovación. En el Poble Nou es un ejemplo de cómo un antiguo tejido de pequeños talleres de carpintería, herreros, vítreas, etc convivía con artesanos de toda manda, artistas que encontraban espacios grandes a buen precio de alquiler y una incipiente presencia de estudios de diseño y arquitectura . Este panorama fue arrasado literalmente por el 22 @ justamente para crear algo que según sus objetivos era muy similar. Hace unos días aparecía un artículo en El Periódico bajo el nombre "La crisis obliga a Barcelona a cambiar el modelo de la industria en la ciudad" De hecho, se podría decir que vuelve la mirada a lo que ha menospreciado y desplazado. En él se dice: "Se acaba, por tanto, el período en que se tendía a poner todo lo que tenía que ver con la industria en la periferia, a casi esconderlo. Y es que para tener empresas dedicadas al tecnológico, parece que el ayuntamiento haya dado cuenta de que debe haber, antes, un tejido productivo potente. Dicho de otro modo, los servicios y el tecnológico no son excluyentes respecto a la industria. Por el contrario, suman ".
Una estrategia a largo plazo en este sentido, fuera de grandilocuencias políticas trabajando sobre el terreno a pequeña escala y con lo que dicen acupuntura urbana podría ser un camino para retornar a Barcelona su capacidad de creación de objetos y del bellos oficios, sin renunciar a la cultura digital.
Como decía antes quizá el más destacado en el campo de la enseñanza es la mala aplicación de Bolonia que tanto el Estado como la Generalitat está haciendo a las enseñanzas artísticas y en los escuelas superiores de diseño en particular. No podemos competir con India o China formando gente que sencillamente sean capaces de resolver problemas. Debemos dar más importancia a los contenidos y ayudar a los estudiantes a desarrollar su propia manera de proyectar, aprender las herramientas es necesario pero eso no te hace diseñador. Y paralelamente, como decía, deberíamos ir pensando qué salida damos a los cientos y cientos de estudiantes que salen cada año de las escuelas y facultades. Tenemos unas escuelas internacionalizadas parcialmente. En nuestras escuelas faltan alumnos de los polos mundiales del diseño: Norteamérica, centro, norte y este de Europa, Japón y los países emergentes importantes en el diseño: China, Brasil e India.
Tenemos que ser una universidad del diseño para el mundo, no una factoría para fabricar diseñadores entre nuestros propios estudiantes que nuestro mercado no es capaz de asumir. Un ciclo cerrado colapsará el propio sistema. Por lo tanto, sería convenían tener presentes los siguientes aspectos:
- Enfocar gran parte de la oferta a estudiantes extranjeros
- Facilitar que nuestros estudiantes puedan salir fuera a trabajar
- La formación debería orientarse mejor para formar diseñadores emprendedores que les facilite dar servicios a mercados internacionales.
- También se debería reenfocar / completar la formación de los diseñadores industriales hacia el diseño de servicios que sí tiene futuro en un mercado local.
4. Actuaciones destacadas en el sector durante el año 2010
Se producen algunas 'fusiones' o compras entre empresas. Se da mayor incidencia en la exportación entre las que están sobreviviendo. Están saliendo muchas de pequeñas que generan demanda Las hay algunas muy interesantes, como se ha podido ver en la última edición de Artes Libris.
Hay una cierta profusión de festivales en torno al diseño, Blanco al Vilanova i la Geltrú, Fiesta del Grafismo en Portbou, Broadcat o OFFF en Barcelona, ​​etc. Al mismo tiempo hay una efervescencia de actividades paralelas, abiertas a todo el público, organizadas por las escuelas. Son pequeñas estructuras que trabajan en precario y que hoy por hoy están pensadas para el consumo interno. Pero si las ayudas, sin fagocitarlas podrían ser referencias más allá de nuestro país.
Modestamente y más teniendo en cuenta que soy parte implicada, el Arts Libris ha abierto un camino que puede ser interesante, completando el ciclo de la creación y la producción, con mucha tradición en nuestro país, con el de la difusión y la venta directa al usuario. Una feria del libro de arte y diseño que ha reunido esta segunda edición 80 expositores entre creadores, editores, distribuidores y escuelas. Casi 8.000 personas han pasado por la feria y las ventas se han ampliado a pesar de la crisis, demostrando que hay una demanda por un tipo de publicación que no encuentran masas espacios de venta.
5. Incidencia de la crisis en su sector
En el diseño industrial el resumen sería esta fórmula: Menos ventas = menores presupuestos = menos royalties = reducción nuevos proyectos. Creo que la crisis del diseño industrial ahí de lejos. La crisis actual no hace más que hacerlo todo más evidente. Evidencia de la necesidad de reinventarse una vez más, pero mejor! Hay muchos proyectos que se paran para hacer una reflexión estratégica y que difícilmente se retoman. Consecuentemente, hay una gran dificultad para disponer de presupuestos "dignos" pera la creación de nuevos proyectos, las empresas esperan que haciendo apuestas "seguras" capear el temporal y se reeditan piezas que han funcionado antes en el mercado. Sin embargo, lo que está pasando es que el mercado ha cambiado.
El diseño gráfico está muy resentido, pero creo que se encuentra en una fase post-crisis. Ha pasado lo peor, ha sido una reconversión de un modelo de servicio a la industria a un modelo docente. Sin embargo, tenemos un buen nivel medio de diseño, ya mucho mejor precio que los puestos punteros como Londres o Amsterdam. Si fuéramos capaces de penetrar en estos mercados podríamos tener oportunidades.
6 .- Valoración del estado del sector a finales del 2010
Más que una valoración del estado entiendo este punto como una serie de propuestas para que este estado, que ya hemos analizado antes, pueda mejorar.
A finales de 2010, y dependiendo del esfuerzo de corrección estratégica, encontramos algún síntoma de repunte, principalmente los que hayan entrado en mercados exteriores. Esperamos una industria creciente de los contenidos que necesitan ser diseñados para ser vendidos y una industria publicitaria que necesite diseño para hablar. A pesar de la crisis parece que el diseño gráfico se sale. Con proyectos y equipos más pequeños y con menos alegría, pero se sale. Por mucha crisis que haya, las empresas necesitan vestirse y hablar, como las personas.
En diseño de producto se produce una apuesta importante hacia la internacionalización por entidades como RED, BCD etc. Respecto a este punto, sería necesario que fuéramos capaces de definir de una manera más clara las características del diseño local para salir fuera con más fuerza. Necesitamos una "marca", un carácter o rasgo que nos haga identificables. Así como el diseño nórdico o italiano tienen una identidad muy acotada y definida, creo que aquí no nos pasa lo mismo. Pero esto significa dar herramientas a los creadores, productores, etc. No necesitamos más SIDI (Salón internacional del Diseño Industrial) sino que nuestros diseñadores estén presentes de forma natural en las ferias internacionales.
El campo de las nuevas tecnologías es el sector que podría tener más resultados si se enfocara a vender en el extranjero, ya que haría posible una vía de negocio más lucrativo que únicamente el mercado nacional, yendo a buscar mercados donde ya no hay crisis . Sectores como los juegos online, motion, diseño web, startups con fuerte carga de I + D son muy exportables. El problema aquí es que no tenemos la cultura financiera de poner en marcha y cuidar startups como Estados Unidos, ni el apoyo institucional como en otros países europeos, que entienden y creen en el diseño como motor de cambio e innovación.
Resumen general:
- Tenemos oportunidades de internacionalización en el campo educativo y cultura digital.
- El diseño necesita entornos de visibilidad aquí y fuera, poco institucionales pero con capacidad de resonancia.
- Necesitamos entornos que fomenten la creatividad y la sinergia entre diseñadores, artesanos y pequeños talleres de manufacturas, pero sin la carga de ser bandera política o tener una rentabilidad inmobiliaria a corto plazo.
- El ICIC debe acoger las industrias del diseño y la arquitectura como industrias culturales.
- Hay que rearmar ideológicamente a los diseñadores para que sean un motor de cambio de modelo productivo y nos ayude a llevar a la sociedad a un estado post-crisis, entendiendo la crisis, como una quiebra no sólo económica sino también medioambiental, alimentaria y de valores.
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